El final de la vida, es el parteaguas en la vida de todos nosotros que se marca ante el hecho de que la muerte deja de ser un concepto lejano y abstracto para pasar a uno muy real y tangible. Es un punto de inflexión en donde el reloj ya no marca las horas, sino que las resta. Por ejemplo, tras recibir el diagnóstico de un padecimiento terminal.
En general, existen tres momentos en el fallecimiento de una persona. Uno anterior, uno inmediato y uno posterior. Cada una de estas etapas precisa de distintas estrategias, acciones y decisiones que en su conjunto y articulación constituyen un plan integral para el final de la vida.
ETAPA TERMINAL. Este momento se refiere a la etapa final de la vida de una persona. Dicha etapa puede presentarse en distintas condiciones y duración derivado de distintas circunstancias y es un momento en donde se toman decisiones sobre los tipos de tratamientos y atención médica por recibir. Es importante que tanto los familiares como los profesionales de la salud que prestan la atención al paciente conozcan con anticipación la voluntad del paciente en este sentido. Esto facilita las decisiones de la familia durante esta etapa y también velará por la voluntad y la dignidad del paciente. Para conocer más al respecto te recomendamos leer acerca de la Voluntad Anticipada en este Blog o bien revisar la Ley de Voluntad Anticipada la cual puedes encontrar en Internet.
MUERTE. Independientemente del esperado efecto emocional en la familia que ocasiona el deceso de un familiar, también se confrontará la realidad de tener que disponer del cuerpo del fallecido y encarar los trámites, decisiones y costos que esto implica. A este respecto, hace sentido considerar dos aspectos. El primero es reflexionar y decidir acerca de la preferencia personal para ese momento, es decir el tipo de funeral, así como la preferencia sobre cremación o inhumación. Y segundo, reflexionar acerca de la conveniencia de contar con un plan funerario que contemple nuestra voluntad y no menos importante, le represente a la familia una solución efectiva que apoye en el proceso y además les alivie una carga económica en un momento por demás difícil.
SUCESIÓN. Cuando fallecemos, nuestros bienes materiales ya no nos pertenecen más, y aunque esto suene obvio, no resulta serlo cuando consideramos los trámites que deben de ser cubiertos para poder traspasarlos sin contratiempos a nuestros seres queridos. Quizá el testamento sea uno de los primeros elementos que vienen a la mente, y aunque este elemento es fundamental, no es lo único que debemos de tomar en cuenta. Hay otros aspectos a tener en cuenta dentro del plan como por ejemplo mantener actualizados a los beneficiarios en donde aplique (seguros de vida, cuentas bancarias, inversiones, etc.) cerrar ciclos o trámites pendientes (divorcios, liberaciones de hipoteca, escrituraciones, etc.) o bien, mantener papeles importantes de manera ordenada y a la mano (escrituras, títulos de propiedad, facturas, etc.) No menos importante, resulta el hecho de dejar indicaciones para que la familia pueda encontrar la documentación importante que va a necesitar, conocer los pormenores de la herencia y darle continuidad a asuntos que serán necesarios para continuar con la vida cotidiana.
Morir Chingón es una lectura al alcance de cualquiera que busque construir un plan integral para el final de la vida que apoye de manera efectiva a todos los involucrados. Encuéntralo en las principales plataformas digitales como amazon.com.mx, gandhi.com.mx, barnesandnoble.com entre muchas otras.