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Final de la Vida

¿Puedo afrontar morir?

No es sorpresa para nadie que en nuestros días enfermar es un lujo y afrontar una fase terminal puede llegar a costar verdaderamente una fortuna. Si bien un seguro médico, los ahorros personales o el apoyo de la familia serán siempre un respiro, lo cierto es que dependiendo de las circunstancias las cuentas se pueden ir al cielo en un santiamén y convertirse en un problema para la persona y su familia.

Si bien no existe una respuesta simple o concreta para este dilema, ni tampoco existe una solución práctica e infalible, el simple hecho de tomarlo en cuenta de manera anticipada nos obliga a echar mano de las posibilidades y con ello nos colocamos a la delantera en el juego. Por otro lado, también es cierto que el hábito de prever alcanza otras áreas de desarrollo personal como la salud y el ahorro que indudablemente tienen un impacto positivo en la persona y su familia.

Siempre prever para el final de la vida será una buena idea que nos ayude a anticipar la postura personal sobre las acciones y decisiones que preferimos para ese momento. Esta definición, que pudiese parecer poca cosa, tendrá un impacto directo en los caminos a seguir cuando llegue el momento. Está claro que nadie puede anticipar las circunstancias que se vivirán en esa situación y también es comprensible que nadie quiera elegir basado en el presupuesto disponible. No obstante, cada persona dependiendo de diversas circunstancias y posibilidades, podrá discernir qué es lo más conveniente, práctico y factible en su caso y con ello podrá actuar en consecuencia.

Sin duda, el peor plan es el que no se tiene y la peor situación posible será enfrentar el momento de manera improvisada y a expensas de lo que pueda surgir en ese momento. Desafortunadamente, esto último es lo que experimentarán la mayoría de las personas.

En el libro Morir Chingón se aborda el tema del final de la vida de manera práctica y ofrece una muy buena oportunidad para aprender acerca de las etapas finales y cómo poder afrontarlas de una manera efectiva a través de tomar oportunamente decisiones y hacer uso de mecanismos legales disponibles.

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Final de la Vida

El desafío de tu partida

Nuestra muerte acarrea a todos los involucrados muchos desafíos. Nuestra muerte les obligará a sobrellevar un duelo que ya en sí mismo constituye una tarea ardua llena de carga emocional. Representa un trabajo de readaptación laborioso ante el hecho de haber perdido a un ser amado. Es un proceso de resignificación de valores y creencias que trata de construir una narrativa coherente que nos ayude a la adaptación de esta nueva forma de vida. Es un proceso de vaivenes emocionales que no es sencillo, máxime si el que se ha ido no sólo representa un soporte emocional a la familia sino además uno de sustento y liderazgo. Es injusto e irresponsable complicárselos más y la manera más simple y absurda de hacerlo más difícil, es partir sin tener un plan para el final de la vida. Esto significará que, además de procesar el esfuerzo emocional mencionado, tendrán que enfrentar la realidad de haber heredado problemas.

Encontrarse, por ejemplo, de cara a un complejo, costoso y tardado juicio intestado. Darse cuenta, de repente, que no encuentran los papeles importantes, que enfrentan desorden y ciclos o trámites inconclusos. Enfrentarse a la realidad de no contar con el soporte jurídico adecuado o que no dan con el paradero de bienes que creen que existen. En general, encarar un proceso del que poco saben y que les costará dinero, tiempo y esfuerzo corregirlo. Estarán ante un panorama que intensifica su dolor y que impacta su ya lastimada economía. Por ello, el hecho de haber previsto un plan para ese momento no sólo constituye un acto responsable, sino que es un acto generoso.

El duelo es temporal, la familia aprende con el tiempo a vivir con la pérdida y a acomodar al ser querido en su corazón. El abandono es permanente. La familia enfrentará problemas y disputas que la acompañarán por un largo tiempo y quizá para toda la vida.

Todas las familias se merecen respeto y dignidad. La única manera de evitar problemas a los involucrados y de hacer el duelo menos doloroso, es anticipar los hechos y hacer un plan eficaz para el final de la vida. Muchos creen que planificar esto es complejo y costoso, o que sólo es para gente acaudalada y sofisticada. Realizar acciones como otorgar un testamento, dejar indicaciones, ordenar asuntos y cerrar ciclos resultan sencillas de alcanzar, le aplican a todas las personas y la inversión económica que requieren, es apenas una fracción del costo que le ocasionará a la familia no tenerlas.

Morir Chingón es una lectura al alcance de cualquiera que busque construir un plan integral para el final de la vida que apoye de manera efectiva a todos los involucrados. Encuéntralo en las principales plataformas digitales como amazon.com.mx, gandhi.com.mx, barnesandnoble.com entre muchas otras. 

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Final de la Vida

Conversar sobre mi muerte

Son muchas las ocasiones o eventos que distraen nuestra atención con tareas de planificación. Desde asuntos cotidianos de la semana hasta eventos especiales como celebraciones o reuniones familiares. Si bien mostramos una actitud planificadora para muchas cosas, ¿por qué las cosas debieran de ser distintas con respecto a la muerte?

Más de 90 % de las personas opina que comunicar acerca de las preferencias y cuidados al final de la vida es importante. Sin embargo, menos de una tercera parte lo hace. Por otro lado, la gran mayoría de las personas se creen relevante tener una conversación sobre este tema con su médico, sin embargo, menos del 10% de las personas lo realizan. No es de extrañarse que más del 70% de las personas mueran en circunstancias distintas a sus expectativas.

Una de las conversaciones que sin duda debiese de ocurrir es aquella en referencia a la muerte propia. Es una conversación útil que debe de comenzar en la sala de la casa y no en la sala de cuidados intensivos. Una conversación abierta y honesta con las personas cercanas es un aspecto muy importante sobre la planificación para el final de la vida que dará paso a las acciones, decisiones y diligencias necesarias para asegurar un final de la vida digno.

Si bien es imposible anticipar las circunstancias en las que se dará el final de la vida, si es posible establecer y expresar aquello que consideramos importante, así como identificar los trámites y documentos que serán necesarios para salvaguardar la dignidad y los intereses de las personas involucradas.   

Es importante comenzar esta conversación el día de hoy. Esta decisión puede resultar siendo uno de los mejores regalos que se dará a sí mismo y que extenderá a las personas que más le importan.

Morir Chingón es una lectura al alcance de cualquiera que busca construir un plan integral para el final de la vida que apoye de manera efectiva a todos los involucrados. Es una lectura didáctica que nos acerca a la muerte de forma eficaz y nos permite reflexionar acerca de ese momento. Es un material muy valioso que ayuda a establecer un plan integral para el final que cuide de quienes más queremos.

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Voluntad Anticipada – ¿Qué es?

La Voluntad Anticipada es un documento de carácter legal donde los mexicanos pueden expresar la voluntad con respecto a ser sometidos, o no, a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar la vida cuando esta se encuentre en etapa terminal y que, por razones médicas, sea imposible mantenerla de manera natural. Es decir, el paciente puede decidir no prolongar su vida de forma innecesaria mediante medios artificiales.

La Voluntad Anticipada no debe de confundirse con eutanasia. En este documento, se expresan las preferencias que una persona tiene respecto del cuidado futuro de su salud y de su vida. Esta decisión se otorga estando en pleno uso de las facultades mentales y en anticipación a la posibilidad de que en algún momento en el futuro no se pueda expresar derivado de alguna posible incapacidad provocada por algún accidente o enfermedad. En este documento, se expresa también la voluntad de ser o no donador de órganos.

Este documento está orientado a proteger en todo momento la dignidad y los derechos de la persona en fase terminal y reconoce y respeta su decisión sobre dejar que la muerte tome su curso natural cuando médicamente no haya más por hacer de manera natural. Que esto suceda, no implica que se abandone al enfermo o que no pueda recibir cuidados paliativos que le hagan más llevadero o menos doloroso este proceso terminal.

Este documento podrá suscribirlo cualquier persona mayor de edad ante un Notario Público o en caso de que el interesado esté internado, ante el personal de salud correspondiente y dos testigos.

Para mayores referencias, sugerimos revisar la “Ley de Voluntad Anticipada del Distrito Federal”

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Final de la Vida

La voluntad anticipada no es Eutanasia

Cuando hablamos de Voluntad Anticipada en México, nos referimos a aquella enfocada en el derecho a una muerte digna y está prevista en la ley de Voluntad Anticipada del 2008. El primer artículo dice lo siguiente:

“La presente ley es de orden público e interés social, y tiene por objeto establecer las normas para regular el otorgamiento de la voluntad de una persona con capacidad de ejercicio, para que exprese su decisión de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal y, por razones médicas, sea imposible mantenerla de manera natural, protegiendo en todo momento la dignidad de la persona.”

Ahora bien ¿qué significa esto y cuál sería la diferencia con la eutanasia?

La eutanasia es una acción directa para privar de la vida a una persona y está penada en México. La voluntad anticipada se sustenta en permitir que la muerte ocurra “en su tiempo cierto” y sin prolongarla innecesariamente mediante el uso de dispositivos artificiales. En este caso, no significa abandonar al paciente, por el contrario, los profesionales de la salud están capacitados para otorgar al paciente todos los cuidados y tratamientos paliativos para disminuir el sufrimiento, pero sin alterar el curso de la enfermedad y por lo tanto el curso natural de la muerte.

Este documento podrá suscribirlo cualquier persona mayor de edad ante un Notario Público o en caso de que el interesado esté internado, ante el personal de salud correspondiente y dos testigos. Si es del interés del lector conocer más al respecto, recomendamos que analice dicha ley. También puede acercarse a cualquier Notario para esclarecer dudas y otorgar este documento. Es importante mencionar que no es necesario estar enfermo o haber sufrido un accidente para poder suscribir una voluntad anticipada. Es importante también mencionar que, en este documento, adicionalmente se expresa la voluntad de ser, o no, donador de órganos.

Vale la pena recalcar que en este documento se manifiesta la expresión libre de la voluntad y postura del otorgante ante el procedimiento a seguir en el caso de enfrentar una situación que requiera de tomar una decisión al respecto y en el eventual caso de que el otorgante se encuentre incapacitado por alguna causa para tomar por él mismo la decisión. Esto facilita a los familiares dicha decisión.

En el libro Morir Chingón se aborda este tema con mayor detalle y representa una muy buena oportunidad para aprender acerca de la etapa terminal del final de la vida y cómo poder afrontarla de una manera efectiva a través de tomar oportunamente decisiones y hacer uso de mecanismos legales disponibles.

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Final de la Vida

El final de la vida

El final de la vida, es el parteaguas en la vida de todos nosotros que se marca ante el hecho de que la muerte deja de ser un concepto lejano y abstracto para pasar a uno muy real y tangible. Es un punto de inflexión en donde el reloj ya no marca las horas, sino que las resta. Por ejemplo, tras recibir el diagnóstico de un padecimiento terminal.

En general, existen tres momentos en el fallecimiento de una persona. Uno anterior, uno inmediato y uno posterior. Cada una de estas etapas precisa de distintas estrategias, acciones y decisiones que en su conjunto y articulación constituyen un plan integral para el final de la vida.  

ETAPA TERMINAL. Este momento se refiere a la etapa final de la vida de una persona. Dicha etapa puede presentarse en distintas condiciones y duración derivado de distintas circunstancias y es un momento en donde se toman decisiones sobre los tipos de tratamientos y atención médica por recibir. Es importante que tanto los familiares como los profesionales de la salud que prestan la atención al paciente conozcan con anticipación la voluntad del paciente en este sentido. Esto facilita las decisiones de la familia durante esta etapa y también velará por la voluntad y la dignidad del paciente. Para conocer más al respecto te recomendamos leer acerca de la Voluntad Anticipada en este Blog o bien revisar la Ley de Voluntad Anticipada la cual puedes encontrar en Internet.

MUERTE. Independientemente del esperado efecto emocional en la familia que ocasiona el deceso de un familiar, también se confrontará la realidad de tener que disponer del cuerpo del fallecido y encarar los trámites, decisiones y costos que esto implica. A este respecto, hace sentido considerar dos aspectos. El primero es reflexionar y decidir acerca de la preferencia personal para ese momento, es decir el tipo de funeral, así como la preferencia sobre cremación o inhumación.  Y segundo, reflexionar acerca de la conveniencia de contar con un plan funerario que contemple nuestra voluntad y no menos importante, le represente a la familia una solución efectiva que apoye en el proceso y además les alivie una carga económica en un momento por demás difícil.

SUCESIÓN. Cuando fallecemos, nuestros bienes materiales ya no nos pertenecen más, y aunque esto suene obvio, no resulta serlo cuando consideramos los trámites que deben de ser cubiertos para poder traspasarlos sin contratiempos a nuestros seres queridos. Quizá el testamento sea uno de los primeros elementos que vienen a la mente, y aunque este elemento es fundamental, no es lo único que debemos de tomar en cuenta. Hay otros aspectos a tener en cuenta dentro del plan como por ejemplo mantener actualizados a los beneficiarios en donde aplique (seguros de vida, cuentas bancarias, inversiones, etc.) cerrar ciclos o trámites pendientes (divorcios, liberaciones de hipoteca, escrituraciones, etc.) o bien, mantener papeles importantes de manera ordenada y a la mano (escrituras, títulos de propiedad, facturas, etc.) No menos importante, resulta el hecho de dejar indicaciones para que la familia pueda encontrar la documentación importante que va a necesitar, conocer los pormenores de la herencia y darle continuidad a asuntos que serán necesarios para continuar con la vida cotidiana.

Morir Chingón es una lectura al alcance de cualquiera que busque construir un plan integral para el final de la vida que apoye de manera efectiva a todos los involucrados. Encuéntralo en las principales plataformas digitales como amazon.com.mx, gandhi.com.mx, barnesandnoble.com entre muchas otras.