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Previsión

Hablar de la muerte

En tiempos recientes nuestro afrontamiento a la muerte se ha entorpecido. Quizá en parte derivado de algunos factores que alejan a la muerte de nuestra realidad cotidiana como lo pueden ser los avances médicos que claramente han alargado la expectativa de vida y también que ahora la muerte ocurre con mayor frecuencia lejos del hogar. Por otro lado, la muerte es pérdida y toda pérdida evoca dolor. Por ello, resulta también práctico evitar tocar el tema y conseguir con ello un poco de consuelo, aunque sea efímero e inservible. Esta realidad nos ha mantenido un tanto cuanto indiferentes ante la muerte propia y nos evita pensar en las implicaciones que este hecho acarrea. Si bien, no es un tema agradable para nadie, afrontarlo de manera activa y pertinente nos acerca a la reflexión que es necesaria para poder comprender qué implicaciones conlleva y qué significan esto en el día a día de todos los involucrados.

Negar la muerte propia no la aleja, pero sí la hará más complicada. La pérdida de un ser querido siempre acarrea una carga emocional importante a todos los involucrados y el sólo proceso de duelo les representará muchos desafíos. No planificar nada al respecto para el final de la vida, es simplemente decidir complicar más las cosas y vulnerar la dignidad y bienestar de los involucrados.

La etapa terminal de la persona necesitará de atención particular y de tomar algunas decisiones. La muerte de la persona, en la práctica, representará también decisiones y acciones muy concretas. Asimismo, la posterior sucesión del difunto implicará a la familia trámites y actividades específicas. Todo este conjunto de tareas y decisiones sucederán independientemente de que nos gusten o no, o de que hayamos hecho algo al respecto, o no. Se hace evidente que aquel que planifica para ese momento, facilita para sí y a la familia un momento muy complicado. Aquel que no hace nada al respecto, vulnera su dignidad y deja a la familia en el abandono y con toda la carga de las implicaciones sobre sus hombros. Se hace inevitable entonces romper con la costumbre de evitar hablar de la muerte y comenzar a acercarnos a la comprensión de las implicaciones y el efecto que acarrea para anticipar acciones y decisiones que ayuden en esta etapa. Evadir esta responsabilidad nos expone a nosotros mismos y a la familia a un sinnúmero de inconvenientes y de cargas económicas que prevenirlas en vida resulta mucho más sencillo y económico de lo que la mayoría cree.

Morir Chingón es un proyecto que busca apoyar a resolver el problema que ocasiona la falta de previsión para el final de la vida. Busca el libro del mismo título y aprende a construir un plan integral para el final de la vida que apoye de manera efectiva a todos los involucrados. Es una lectura didáctica que nos acerca a la muerte de forma eficaz y nos permite reflexionar acerca de ese momento para establecer un plan integral que proteja la dignidad e intereses de todos los involucrados.

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