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Sucesión

La familia del siglo XXI y el testamento

La gran proporción de mexicanos, y de otras nacionalidades alrededor del mundo, no tienen un testamento ni tampoco ningún tipo de plan o voluntad con respecto al final de la vida. Con esta actitud generalizada, la familia queda completamente vulnerable y más aún considerando que la familia de hoy no necesariamente es parecida a la familia de hace algunas décadas.

La probabilidad de morir sin testamento supera el 90% lo que significa que la gran mayoría de las familias mexicanas no gozarán de esta protección. En el caso de morir intestado, la familia tendrá que confiar en el sistema legal, el cual no siempre coincidirá con la que hubiera sido la voluntad del finado. Si bien la ley intenta establecer a los herederos por jerarquía y conseguir con ello una sucesión lo más justa posible, no siempre será así. Los herederos designados por la ley, típicamente serán aquellos familiares en línea directa como lo pueden ser la pareja, los hijos e inclusive otros parientes consanguíneos. No obstante, familiares no biológicos o no relacionados legalmente rara vez recibirán la atención de la Corte a no ser que estén nombrados en un testamento. La ley actual está básicamente diseñada para la típica familia de mediados del siglo XX. Sin embargo, la familia ha cambiado en las últimas décadas y hoy es común encontrar parejas que no se encuentran casados, parejas del mismo género, parejas con hijos en convivencia de relaciones previas, abuelos criando nietos o tíos haciéndose cargo de sobrinos por mencionar sólo algunos.

Hoy, estos miembros de las familias no tradicionales pueden llegar a quedar en un cruel limbo legal cuando el familiar a cargo fallece. Es poca la atención legal que reciben los hogares con una estructura no tradicional y esto representa un riesgo relevante a la familia y en estos casos, se hace ineludible y urgente planificar para el final de la vida y cuidar la dignidad e intereses de todos los involucrados.

Si bien, la familia no tradicional queda más vulnerable ante la muerte, un buen plan para el final de la vida no excluye a nadie y aplica para todas las familias independientemente de como sea su modelo de convivencia. Morir chingón es una lectura al alcance de todos que te ayudará a transitar de manera eficaz por el proceso de planificar para el final de la vida y te ayudará a establecer un plan efectivo.

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