Cuando hablamos de Voluntad Anticipada en México, nos referimos a aquella enfocada en el derecho a una muerte digna y está prevista en la ley de Voluntad Anticipada del 2008. El primer artículo dice lo siguiente:
“La presente ley es de orden público e interés social, y tiene por objeto establecer las normas para regular el otorgamiento de la voluntad de una persona con capacidad de ejercicio, para que exprese su decisión de ser sometida o no a medios, tratamientos o procedimientos médicos que pretendan prolongar su vida cuando se encuentre en etapa terminal y, por razones médicas, sea imposible mantenerla de manera natural, protegiendo en todo momento la dignidad de la persona.”
Ahora bien ¿qué significa esto y cuál sería la diferencia con la eutanasia?
La eutanasia es una acción directa para privar de la vida a una persona y está penada en México. La voluntad anticipada se sustenta en permitir que la muerte ocurra “en su tiempo cierto” y sin prolongarla innecesariamente mediante el uso de dispositivos artificiales. En este caso, no significa abandonar al paciente, por el contrario, los profesionales de la salud están capacitados para otorgar al paciente todos los cuidados y tratamientos paliativos para disminuir el sufrimiento, pero sin alterar el curso de la enfermedad y por lo tanto el curso natural de la muerte.
Este documento podrá suscribirlo cualquier persona mayor de edad ante un Notario Público o en caso de que el interesado esté internado, ante el personal de salud correspondiente y dos testigos. Si es del interés del lector conocer más al respecto, recomendamos que analice dicha ley. También puede acercarse a cualquier Notario para esclarecer dudas y otorgar este documento. Es importante mencionar que no es necesario estar enfermo o haber sufrido un accidente para poder suscribir una voluntad anticipada. Es importante también mencionar que, en este documento, adicionalmente se expresa la voluntad de ser, o no, donador de órganos.
Vale la pena recalcar que en este documento se manifiesta la expresión libre de la voluntad y postura del otorgante ante el procedimiento a seguir en el caso de enfrentar una situación que requiera de tomar una decisión al respecto y en el eventual caso de que el otorgante se encuentre incapacitado por alguna causa para tomar por él mismo la decisión. Esto facilita a los familiares dicha decisión.
En el libro Morir Chingón se aborda este tema con mayor detalle y representa una muy buena oportunidad para aprender acerca de la etapa terminal del final de la vida y cómo poder afrontarla de una manera efectiva a través de tomar oportunamente decisiones y hacer uso de mecanismos legales disponibles.