En días pasados ha surgido la polémica en México acerca del destino de un fondo de ahorro para el retiro no reclamado por los beneficiarios. La suma nada despreciable de más de $2,000 millones de dólares es el resultado de la indiferencia de muchos mexicanos con respecto a la previsión para el final de la vida. Esa monumental cifra significa que hay decenas de miles de personas en edad de retiro o bien sus familias que no han reclamado lo que por derecho les corresponde.
Por otro lado, también en México, la ley de instituciones de crédito (LIC) estipula en su artículo 61 que los fondos de cuentas bancarias sin movimientos se transfieren al patrimonio de la beneficencia pública. Adicionalmente, la CONDUSEF estima que en este mismo país hay más de 10,000 pólizas de seguros de vida sin reclamar por los beneficiarios.
Los anteriores son ejemplos de patrimonio disponible que queda en el limbo por el simple hecho de que las familias desconocen de su existencia. El problema de la falta de previsión trasciende a la falta de testamento o de la voluntad anticipada. La falta de previsión para el final de la vida provoca un sufrimiento silencioso que lastima a las familias de muchas maneras.
Morir chingón te invita a romper este círculo, a conversar abiertamente de la muerte y a establecer un plan para el final de la vida que mitigue estos problemas. El fondo en disputa no es de ninguna institución financiera privada ni de ningún otro fondo público. La polémica no existiría si el dinero estuviese en las manos de a quien verdalmente le corresponde. Acércate a CONDUSEF para ubicar AFORES, pólizas de seguros o cuentas bancarias de tu familiar fallecido y así reclamar tus derechos.